Estamos orgullosos de que cada Heineken, sin importar el país, siempre tiene la misma calidad y sabor. Pero es importante recordar que a la cerveza no le gusta el aire por lo que afecta al sabor fresco y refrescante. Una Heineken de clase mundial merece una protección de clase mundial: un techo de espuma firme. Es un sello que mantiene el aire afuera y las burbujas finas adentro asegurando que pueda disfrutarse el sabor como debe ser.
La belleza de la elaboración de la cerveza consiste en que es un proceso natural, mejorado por la destreza humana para crear la bebida perfecta. Nuestra cerveza Heineken contiene sólo tres ingredientes: cebada, lúpulo y agua. Cuando se agrega nuestra levadura-A, es cuando Heineken se transforma mágicamente en la infusión que todos conocemos y amamos.
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